Yoga Sūtras
Tercer capítulo: sobre las facultades excepcionales
o Vibhūti Pāda
Actualizado: noviembre, 2024
Dhāraṇa,
dhyāna y samādhi, pasos 6-8 de 8 (III.1-III.3)
En
estado de abstracción sensorial, la concentración es la fijación de la mente en
un solo punto (III.1)
La
meditación es el sostenimiento prolongado de las ideas que se presentan en el
estado de concentración (III.2)
De
esta forma, la meditación se transforma en samādhi cuando en la mente solo
brilla el objeto y ésta se muestra como despojada de su propia naturaleza
(III.3)
Saṃyama
es la herramienta más sutil (III.4-III.6)
Las
tres prácticas juntas, es decir, concentración, meditación y samādhi,
sobre un mismo objeto, constituyen la contemplación (III.4)
Con
el dominio de la contemplación se obtiene la luz del conocimiento trascendental
(III.5)
En
la contemplación se progresa de forma gradual (III.6)
Lo
interno es, en realidad, externo (III.7-III.8)
Éste
grupo de tres componentes es interno respecto de los cinco anteriores (III.7)
A
su vez, incluso éste grupo es un componente externo respecto al samādhi
sin semilla (III.8)
Contemplando
los cambios sutiles (III.9-III.16)
La
transformación inhibidora es un momento de quietud mental que surge cuando
desaparecen las impresiones latentes activadoras [del estado mental ordinario]
y aparecen las inhibidoras (III.9)
La
transformación inhibidora fluye con suavidad gracias a las impresiones latentes
que son producto de la inhibición (III.10)
La
transformación de la mente propia del samādhi se produce cuando se elimina
completamente la distracción y surge la atención (III.11)
Por
tanto, la transformación de la mente propia de la concentración en un punto se
produce cuando las ideas que se reprimen y las que aparecen en la mente son
similares (III.12)
Por
analogía con esta última transformación, se explican los cambios en forma
constitutiva, característica temporal y estado, respecto de los elementos
materiales y los seres vivos (III.13)
La
substancia inmutable es lo que permanece tras las formas pasada, presente y
futura (III.14)
La
diversidad en las secuencias de las formas que surgen es la razón para la
diversidad en las transformaciones (III.15)
Al
efectuar la contemplación sobre las transformaciones de forma, característica
temporal y estado, surge conocimiento del pasado y del futuro (III.16)
Experiencias
con saṃyama (III.17-III.36)
La
natural confusión entre las palabras, sus objetos y sus representaciones
mentales se debe a la superposición de unos sobre otros; al efectuar la
contemplación sobre el discernimiento entre éstos confusos elementos, se logra
conocimiento sobre el lenguaje común de todos los seres (III.17)
A
través de la percepción directa de las impresiones latentes, gracias a la
contemplación, surge el conocimiento de las vidas anteriores (III.18)
A
través de la contemplación del pensamiento que surge en el yogui cuando observa
a otra persona, se obtiene la comprensión de su mente (III.19)
Pero
la comprensión de otra mente no tiene como objeto sus pensamientos junto con su
correspondiente objeto, a causa de su naturaleza no objetiva (III.20)
La
invisibilidad se logra al efectuar la contemplación sobre la propia forma
corporal, una vez que se desconecta la mirada de los otros de la luz reflejada
por dicha forma y se detiene así la posibilidad de ser visto (III.21)
Al
efectuar la contemplación sobre las acciones de efectos inmediatos y
retardados, o también a través de algún presentimiento, se logra conocimiento
sobre el momento de la muerte (III.22)
Al
efectuar la contemplación sobre la amabilidad y otras cualidades similares, se
logra reforzar la cualidad correspondiente (III.23)
Al
efectuar la contemplación sobre diversas fuerzas, se logra fuerza comparable a
la del elefante y otras de forma similar (III.24)
Enfocando
la luminosidad de la intensa percepción sobre cualquier objeto, se logra
conocimiento de lo sutil, lo oculto y lo distante en ese objeto (III.25)
Al
efectuar la contemplación sobre el sol, se logra el conocimiento del cosmos
(III.26)
Al
efectuar la contemplación sobre la luna, se logra el conocimiento del
ordenamiento estelar (III.27)
Al
efectuar la contemplación sobre la estrella polar, se logra el conocimiento del
movimiento de las estrellas (III.28)
Al
efectuar la contemplación sobre el centro energético del vientre, se logra el
conocimiento del sistema corporal (III.29)
Al
efectuar la contemplación sobre la cavidad de la garganta, se eliminan las
sensaciones de hambre y sed (III.30)
Al
efectuar la contemplación sobre el conducto de la tortuga, se logra estabilidad
(III.31)
Al
efectuar la contemplación sobre la luz localizada en la coronilla, se logra
visión similar a la de los seres perfectos (III.32)
O
todo conocimiento de similar naturaleza a los anteriores, mediante la
contemplación en el proceso de iluminación espontánea (III.33)
Al
efectuar la contemplación sobre el corazón se logra comprender la naturaleza de
la mente (III.34)
La
experiencia humana es un conocimiento que no distingue entre el
“sí-mismo-esencial”, completamente puro, y el intelecto puro; al efectuar la
contemplación sobre lo que existe para sí mismo, distinto de lo que existe como
objeto para otro, se logra el conocimiento del reflejo del “sí-mismo-esencial”
en la mente (III.35)
Como
resultado del conocimiento del reflejo del “sí-mismo-esencial” en la mente, se
producen destellos de iluminación en relación con el oído, tacto, vista, gusto
y olfato (III.36)
¿Qué
hacer con las experiencias? (III.37)
Estos
destellos de iluminación en relación con los sentidos suponen un obstáculo para
el samādhi sin semilla, pero perfeccionan el estado de conciencia
ordinario (III.37)
Más
sobre saṃyama (III.38-III.48)
También
se debilita la causa del apego al propio cuerpo y se comprende el mecanismo de
proyección mental; entonces es posible la penetración de la mente en otro
cuerpo (III.38)
Con
el dominio de la energía ascendente, se logran poderes extraordinarios como la
proyección fuera del cuerpo en la muerte voluntaria y el no sentirse afectado
por los productos de deshecho del cuerpo: la orina y el sudor, las heces, los
cabellos y las uñas, etcétera (III.39)
Con
el dominio de la energía reguladora se logra luminosidad incandescente para el
cuerpo (III.40)
Al
efectuar la contemplación sobre la relación entre el espacio y el sentido del
oído se logra audición excepcional (III.41)
Al
efectuar la contemplación sobre la relación entre el espacio y el cuerpo, y
mediante la fusión mental con la ligereza del algodón, se logra atravesar el
espacio (III.42)
En
consecuencia, surge la actividad externa instintiva de la mente, conocida como
el profundo estado mental sin conexión corporal; con él desaparece el velo que
oculta la luz interior (III.43)
Al
efectuar la contemplación sobre la forma física, la naturaleza esencial, la
forma sutil, su interconexión y la finalidad de los elementos, se logra el
dominio de esos mismos elementos (III.44)
En
consecuencia, a raíz del dominio de los elementos, surgen facultades
extraordinarias como la de volverse diminuto y otras similares, la perfección
del cuerpo y la no afectación por sus constituyentes (III.45)
La
perfección corporal se traduce en belleza de forma, elegancia de movimientos,
fuerza y resistencia extrema (III.46)
Al
efectuar la contemplación sobre el proceso de percepción, la naturaleza
esencial, la individualidad, su interconexión y su finalidad, se logra el
dominio los sentidos (III.47)
Así,
con este dominio, el yogui logra capacidad de moverse con la rapidez del
pensamiento, independencia de los sentidos y conquista de la naturaleza primera
(III.48)
Renunciación
y liberación (III.49-III.51)
La
mente, en cuanto logra el “conocimiento-de-la-diferencia” entre el puro
intelecto y el “sí-mismo-esencial”, adquiere supremacía sobre todos los estados
de existencia y conocimiento total (III.49)
A
través del desapego incluso del “conocimiento-de-la-diferencia” entre el puro
intelecto y el “sí-mismo-esencial”, una vez destruida la fuente de la
imperfección, se logra el estado de soledad trascendental (III.50)
Estar
bien considerado socialmente o por seres superiores, no debe ser causa de
orgullo o apego, pues pueden volver a surgir inclinaciones indeseables (III.51)
La
discriminación más elevada (III.52-III.55)
Para
evitar lo anterior hay que efectuar la contemplación sobre un instante y su
sucesión por el instante siguiente, logrando así la sabiduría que nace del
discernimiento (III.52)
De
ahí, de esa sabiduría, se deriva el “conocimiento-de-la-diferencia” entre
objetos similares, ya que su diferencia no es discernible por medio del
condicionamiento externo, las características sujetas al paso del tiempo y la
posición en el espacio (III.53)
Y
de esta manera, la sabiduría que nace del discernimiento es el conocimiento
liberador respecto de todas las cosas, en todo momento y de forma instantánea
(III.54)
Cuando
el puro intelecto y el “sí-mismo-esencial” alcanzan idéntica pureza, surge el
aislamiento trascendental de la pura observación (III.55)
©
Yogadarshana – Yoga y Meditación